viernes, 24 de mayo de 2013

Erreros

Somos erreros, erramos. Es nuestra actividad.
Moldeamos sin permiso,
con las manos, sobre una espalda,
a golpes de miradas,
insuflando con los labios
parte de nuestra alma.
A cambio queremos que nos moldeen,
con las manos,
con los ojos,
con los labios.

Estamos hechos jirones,
con mil lazos,
de mil colores,
de mil personas,
atados a nuestros harapos.

Lloras por tu propia vida,
por el color de tu mundo.
Tus propias certezas,
tus propias heridas.
Tú te las hiciste,
tú las alimentas,
les has puesto nombre
y rostro.

Hay que tener coraje
para decir la verdad,
para decírsela a uno mismo.
Coraje,
con el corazón por delante
para arriesgarlo todo
levantarse al caer
y seguir vivo mucho tiempo.
Porque errar es humano,
y la humanidad nos hace grandes
aunque luego nos mate.
Por eso somos erreros, y erramos.



Somos erreros,
cansados, sin forja,
alados.

Es esa sensación
de estar flotando en el agua.
La triste certeza de conocer el futuro.
Pobre Casandra
ella también erraba,
era errante. 


Es la primera vez en mi vida que tengo esta sensación de tener el pecho abierto, como un eco.
Una caja de resonancia.







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